lunes, 3 de noviembre de 2008

II. La Reina vs. Las Reinas

La indignación llegó a las reinas en formato de ofensa y envuelta en papel de periódico de El País. La remitente era la Reina y la mensajera Pilar Urbano. De todas las páginas que tiene el libro, El País extrajo las más calientes, aquellas que permitirían hervir la sangre de las reinas, que no son pocas.

Los que me conocen saben cómo pienso. No es que sea un defensor ultra de la pluma pero la considero importante y necesaria en el mundo gay. No me quiero ni imaginar la cantidad de reinonas que han recibido bofetones para que hoy en día los gays podamos ir vestidos con horrendas combinaciones en honor de la modernidad.

La reina ha opinado con las carrozas del orgullo y la denominación de matrimonio a las uniones entre dos personas que se aman del mismo sexo. Parto de que el amor es el motor de nuestra sociedad. Ni la etimología ni la lexicología permite que a las uniones entre homosexuales se les denomine matrimonio, pero quizá haya que aportar una nueva acepción al término.

Por otra parte, hablando del orgullo gay, la reina patina. La soberana no se entera de la represión franquista hacia los gays, ni tampoco el posterior ninguneo. El orgullo de ser gay no es per se sino el fruto del sufrimiento. Pienso que la sociedad no está preparada para aceptar a los gays tal y como son. Por ello defiendo la necesidad del día del orgullo aunque no esté muy de acuerdo con la forma de la celebración. Sin embargo es una reivindicación y ser gay es motivo de orgullo al igual que Su Majestad debería estar orgullosa de ser reina.

1 comentario:

  1. Las declaraciones de la Reina no sé como encajarlas, si bien o mal, quizás haya sido desafortunado haberlas dicho, y que tras la revisión del libro las hubiesen quitado. Pero no niego que es comprensible que opines eso.

    Rubén.

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